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CEPAL y PNUD presentan un nuevo Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina

La herramienta busca medir la pobreza con estándares adaptados específicamente a la realidad de la región, permitiendo comparaciones entre países.
Noticias |
2 de abril de 2025
Portada del documento

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzaron conjuntamente el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM-AL), una herramienta que incorpora dimensiones distintas al ingreso en la medición del bienestar y adapta sus estándares a la realidad particular de la región.

El Índice utiliza criterios apropiados para países de desarrollo intermedio y contempla aspectos clave del bienestar, como la calidad del empleo, el acceso a protección social, la no participación laboral por responsabilidades domésticas y la conectividad a internet, marcando así un avance significativo respecto a mediciones previas basadas principalmente en privaciones extremas.

Asimismo, complementa a la medición tradicional de pobreza por ingresos al reflejar privaciones en cuatro dimensiones fundamentales del bienestar: vivienda, salud, educación y empleo. Al combinar ambos enfoques, se obtiene una visión más completa y precisa de la realidad de la pobreza en América Latina, facilitando el diseño de políticas públicas integrales para enfrentarla.

El documento fue presentado por José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, y Michelle Muschett, Directora Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, en el marco de la octava reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, que se realiza hasta el viernes 4 de abril en Santiago, Chile.

El lanzamiento contó con los comentarios de Luis-Felipe López Calva, Director de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial; Alejandra Botero, Gerenta de Planeación e Impacto al Desarrollo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), y Ana María Ibáñez, Vicepresidenta de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo - BID (virtual).

“El Índice que hoy presentamos es una herramienta clave para los gobiernos y las entidades interesadas para monitorear las múltiples dimensiones de la pobreza, destacando especialmente las profundas desigualdades estructurales que limitan el progreso social y económico. Abordar integralmente estas dimensiones es esencial no solo por razones económicas y sociales, también para aumentar la capacidad de las democracias para implementar políticas efectivas, satisfacer expectativas, reducir el descontento social y la polarización, todo lo cual ayuda también a fortalecer las democracias y la gobernanza democrática en la región”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs durante la presentación del documento.

Precisó que las métricas centradas únicamente en el crecimiento económico dejan fuera importantes dimensiones del bienestar que no dependen exclusivamente del ingreso, ignoran las desigualdades internas en los países y no consideran suficientemente los efectos negativos de prácticas ambientales insostenibles, las cuales comprometen las condiciones de vida de generaciones presentes y futuras.

“Por ello, resulta fundamental contar con herramientas de medición más integrales, que permitan no solo evaluar adecuadamente el desarrollo social y la pobreza, sino también mejorar y optimizar las decisiones en políticas públicas para asegurar un uso más eficiente de los recursos fiscales”, añadió el Secretario Ejecutivo de la CEPAL.

Michelle Muschett, Directora Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, subrayó que uno de los desafíos estructurales, persistentes y pendientes en América Latina es la vulnerabilidad a la pobreza. Esto, agregó, lleva a que la región sea particular y desproporcionadamente propensa a los impactos de crisis que, en un contexto de cambios vertiginosos, van cada vez más en aumento.

“Con la presentación de este Índice reafirmamos el compromiso y la capacidad que tenemos de proporcionar análisis, evidencia y acompañamiento en el diseño y la implementación de políticas públicas que nos permitan traducir los datos, las intenciones, en una acción concreta que transforme y mejore la vida de todas las personas, que es lo que está al centro del mandato, no solo del PNUD, sino de todo el sistema de las Naciones Unidas”, afirmó.

De acuerdo a cifras de la CEPAL, entre 2008 y 2023 la pobreza multidimensional en América Latina disminuyó considerablemente, pasando del 45,8% al 25,4%. Esta tendencia de reducción anual, de aproximadamente 1,4 puntos porcentuales, solo se vio interrumpida en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Esta reducción ha sido impulsada principalmente por mejoras en el acceso a internet, educación de adultos y saneamiento.

La incidencia de la pobreza multidimensional varía significativamente según la edad, lugar de residencia y condición étnica: En 2023, la pobreza multidimensional afectaba al 57,0% de la población en zonas rurales frente al 15,5% en áreas urbanas.

La infancia registra la mayor incidencia de pobreza (31%), seguida por adultos mayores (21%) y adultos entre 18 y 59 años (20%). La población indígena presenta una incidencia especialmente alta, con un 50,6%, frente al 18,5% en población no indígena.

En relación a las brechas de género, el IPM-AL realizó un análisis individual para la población entre 20 y 59 años. Los resultados revelan importantes desigualdades, explicadas principalmente por las dificultades que enfrentan las mujeres para acceder al mercado laboral, la mala calidad del empleo y la limitada autonomía económica, vinculadas directamente con la carga desigual de tareas domésticas y cuidados no remunerados.

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